vie, 13/ago/21

Torre del Mar inaugura su 'Árbol de los chupetes', en el Paseo Marítimo de Poniente

La obra, de cuatro metros de altura y realizada por el artista José Manuel Molina Castro a partir de materiales reciclados, simboliza el momento en que los bebés dejan de serlo para convertirse en niños.

El teniente de alcalde de Torre del Mar, Jesús Atencia; el concejal de Infraestructuras, Juan García; el concejal de Medio Ambiente, Antonio Ariza, y el artista José Manuel Molina Castro han presentado en la mañana de hoy un nuevo elemento ornamental que ya ha sido instalado en el Paseo Marítimo de Poniente del pueblo torreño: el árbol de los chupetes.

 

Un árbol de cuatro metros de alto realizado por el artista y escultor José Manuel Molina Castro y que simboliza el paso vital de la etapa de bebé a la de niño. Algo que se materializa cuando los niños dejan de usar el chupete.

 

“Quiero felicitar a José Manuel Molina por la obra, que además ha realizado con materiales reciclados a base de farolas en desuso, por lo que tiene un enorme valor añadido. Estamos seguros de que va a ser un gran atractivo tanto para vecinos como para visitantes en este Paseo Marítimo”, ha comentado el teniente de alcalde.

 

Atencia, además, ha puesto en valor el “enorme cambio” que ha dado el Paseo Marítimo en estos últimos años: “Desde que entramos en el equipo de gobierno se ha producido una gran transformación de todo el espacio, que a lo largo de su recorrido tiene numerosos elementos para que el visitante se detenga y disfrute de nuestro entorno junto al mar”, ha incidido.

 

Por su parte, José Manuel Molina, ha explicado que “la semilla” de este árbol surgió “en un Carnaval de Caleta de Vélez” y a propuesta del propio Atencia: “Estaba con Jesús, me sugirió esta idea y me hizo ilusión”. Una vez aceptado el encargo, decidió realizarlo con materiales reciclados: “Me gusta reutilizar porque tiene un valor simbólico, ya que convierte en objeto de admiración cosas que hasta poco antes habían sido desechadas”, ha dicho.

 

En este caso decidió utilizar farolas usadas: “Siempre me gustaron las farolas. Altas, esbeltas y con el bonito oficio de iluminarnos el camino. Una vez terminado su trabajo, estaban arrinconadas para ir camino a la chatarra. Con esta obra les alargamos la vida y las convertimos en un árbol mágico cuyo fruto son los chupetes de los niños. Como ellos dicen cuando dejan el chupete, 'yo ya soy gande', y pasan a una nueva etapa”, ha concluido.

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