Campaña de Prevención de Riesgo Cardiovascular

Riesgos cardiovascular

Conocemos como Enfermedades Cardiovasculares aquellas que afectan el corazón y a los vasos sanguíneos, es decir, al sistema cardiovascular.

Las enfermedades cardiovasculares pueden tener un origen congénito, cuando la persona nace con la enfermedad, o adquirido durante el transcurso de su vida, usualmente en consecuencia de hábitos no saludables.

Algunas de las enfermedades que comprenden son el ataque al corazón, enfermedad coronaria, hipertensión, arritmias y fallo cardiaco, entre otras, pero, sobre todas ellas, la arteriosclerosis a nivel del corazón y de los vasos sanguíneos.

Existen diferentes factores que están relacionados en la generación de patologías derivadas de las alteraciones al sistema cardiovascular entre ellas tenemos:

Factores de riesgo

Los factores de riesgo de la arteriosclerosis y de las enfermedades cardiovasculares han sido ampliamente estudiados y en base a los resultados de diferentes estudios y se han podido identificar tres factores de riesgo principales para un ataque al corazón prematuro:

  • presión arterial alta
  • colesterol elevado y
  • Tabaquismo

Hipertensión arterial

La hipertensión se define como un aumento de la presión sanguínea en las arterias. El valor normal de la presión no debe ser mayor de 120/80.

La hipertensión puede conducir a arteriosclerosis, ataque cardiaco prematuro, fallo cardiaco, infartos y fallo renal. De hecho, la hipertensión es el factor de riesgo principal del infarto y uno de los tres principales de ataque al corazón. La hipertensión no controlada puede además afectar la capacidad de pensar, recordar y aprender. Algunos de sus síntomas son dolor de cabeza, mareos y sangrados nasales

El tratamiento de la hipertensión arterial con frecuencia debe llevarse a cabo durante el resto de la vida de la persona. Debido a que la obesidad y el consumo elevado de sodio tienden a empeorarla, el tratamiento de la hipertensión comienza con la reducción de peso y la disminución del consumo de sal. En algunas personas estas dos estrategias suelen ser suficientes para su control. Sin embargo, existen quienes requieren de medicamentos para el control de su presión arterial. Aún en estos casos, es fundamental que la persona tenga un estilo de vida saludable que incluya un peso saludable, dieta baja en sodio, niveles normales de colesterol, plan regular de actividad física moderada y no fumar.

Para mejora la Prevención de este factor en cada centro de trabajo, el Servicio de Prevención Propio en colaboración con el SPA de CUALTIS, han colocado en la conserjería de cada centro de trabajo un Tensiómetro de brazo con el fin de que cada persona pueda tomarse la tensión arterial y realizar un control preventivo ( Octubre 2018).

En la tabla siguiente se establecen los parametros recomendados por el Servicio de Vigilancia de la Salud:

 

Le recordamos que dispone de un protocolo o procedimiento para la toma de la tensión arterial ( consultar documentos adjuntos de esta página)

En los cursos de primeros auxilios del Servicio de Prevención Propio, se realizarán prácticas con el tensiómetro.

Colesterol elevado

Cuando los valores de colesterol y especialmente de LDL (colesterol malo) en la sangre están por encima de los valores aceptables, existe mayor riesgo de que el colesterol se deposite en las paredes de las arterias. Si estos valores elevados se mantienen de forma persistente, ocurre daño a nivel de la pared arterial. Este es uno de los mecanismos en los que se fomenta el desarrollo de arteriosclerosis.

El cuerpo humano necesita colesterol para la formación de las membranas celulares y la producción de hormonas. Sus fuentes de colesterol son dos: el que se produce en el hígado y el que proviene de los alimentos. Cuando la dieta es alta el colesterol, el hígado disminuye la producción de este tipo de grasa. Sin embargo, cuando el consumo de colesterol a través de la comida es excesivo, los niveles de colesterol en sangre pueden aumentar a niveles peligrosos. Afortunadamente y debido a este mecanismo regulatorio, el colesterol en sangre puede reducirse a través de modificaciones en los hábitos alimenticios.

Es importante saber que el colesterol ingerido a través de la comida se encuentra únicamente en alimentos de origen animal. Por lo que una persona con problemas de colesterol elevado debe disminuir su consumo de alimentos de origen animal u optar por aquellos bajos en colesterol y grasas saturadas (sólidas a temperatura ambiente). Estas últimas también aumentan los niveles de colesterol y del LDL (colesterol malo), se encuentran tanto en alimentos de origen animal como vegetal.

Por todo esto es muy importante que todo el personal municipal realice el "Reconocimiento Médico".

Tabaquismo

Tanto los fumadores activos y los pasivos, inhalan el dióxido de carbono encontrado en el humo del cigarro. Esta sustancia reemplaza una parte del oxígeno que debería ser transportado a través de la sangre.

Le recordamos que durante el año se realizan campañas de deshabituación tabáquica en el Ayuntamiento, por lo que si está interesado debe ponerse en contacto con el Servicio de Prevención Propio.

En consecuencia:

Las arterias coronarias reciben menos oxígeno del que necesitan.

La nicotina ejerce un daño directo sobre el corazón y los vasos sanguíneos.

Aumenta el riesgo de la formación de coágulos de sangre.

Acelera la arteriosclerosis. de las arterias coronarias (las que irrigan el corazón).

Los fumadores tienden a tener niveles bajos de HDL (colesterol bueno), que favorecen la aparición de arteriosclerosis.

Otros factores de riesgo de menor impacto son: sedentarismo, obesidad, triglicéridos elevados, diabetes y estrés no controlado. Todos ellos son factores de riesgo controlables.

Prevención

La primera acción a llevar a cabo desde la empresa debe ser la puesta en valor de  la importancia de realizar cambios en el estilo de vida de los trabajadores.

La formación e información a los trabajadores en la importancia de adoptar un estilo de vida más saludable puede contribuir significativamente a disminuir el desarrollo o el empeoramiento de una condición cardiovascular.

Las tres estrategias principales deben estar dirigidas al control de la presión arterial, alcanzar niveles saludables de colesterol y dejar de fumar.

 

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